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    21/11/2025 (actualizado: 21/11/2025)

    Cuándo ir al veterinario, aunque tu mascota parezca sana

    Vivir con un perro o un gato es mucho más que compartir casa: es convivir con un ser que depende de ti para casi todo. Su forma de decir “no me encuentro bien” no siempre es evidente. Por eso, la salud preventiva no es un lujo veterinario, sino la base del bienestar de cualquier mascota.

    Tener un animal en casa implica alegría, compañía y también responsabilidad. Muchas enfermedades no dan señales hasta que ya están avanzadas. Igual que hacemos revisiones médicas para nosotros, ellos también necesitan controles regulares, aunque parezcan estar perfectamente. Por eso, es importante conocer cuándo acudir al veterinario, incluso cuando no hay síntomas. De la misma manera, también es importante saber por qué un seguro para mascotas puede marcar la diferencia entre un susto y un problema económico serio.

     

    ¿Por qué existe la salud preventiva para nuestras mascotas?

    La prevención se basa en detectar a tiempo lo que aún no se nota. Un chequeo anual equivale a la revisión del coche antes de un viaje largo: asegura que todo funciona bien antes de que algo falle.

    Los veterinarios coinciden en que muchas enfermedades en perros y gatos se desarrollan de forma silenciosa. Problemas renales en gatos mayores, alteraciones hormonales, obesidad o enfermedades dentales progresan sin signos visibles durante meses. Cuando se detectan, el tratamiento suele ser más complejo y costoso.

    Varios estudios señalan que un control veterinario regular puede aumentar la esperanza de vida de una mascota entre un 15% y un 20%. No se trata solo de vivir más, sino de vivir mejor.

     

    Revisiones preventivas según la etapa de la vida de la mascota

    Las necesidades cambian con la edad, y la prevención también.

    • Cachorros y gatitos (hasta el primer año)
      Las mascotas requieren un plan de vacunación completo y desparasitaciones frecuentes. Se pueden aprovechar estas visitas para descartar malformaciones o problemas articulares desde el principio. Es la etapa clave para sentar las bases de una vida sana y para crear el hábito de acudir al veterinario sin miedo.

    • Adultos jóvenes (de 1 a 7 años)
      Aquí la rutina preventiva se consolida:
      una revisión anual que incluya control de peso, examen dental y, según la raza o antecedentes, análisis de sangre y orina. Un leve aumento de peso puede alertar de un trastorno endocrino; una limpieza dental a tiempo evita infecciones que, a la larga, pueden afectar al corazón.

    • Mascotas senior (a partir de los 7 años)
      El envejecimiento acelera la aparición de problemas hepáticos, renales o cardíacos. Por eso, conviene duplicar la frecuencia de las revisiones.
      Dos chequeos al año con análisis y ecografía permiten anticiparse a la mayoría de las patologías. Detectar un fallo renal en fase inicial, por ejemplo, puede alargar la vida de un gato varios años.

     

    Señales que nunca hay que ignorar

    Las mascotas no exageran sus molestias. Cuando un animal cambia de conducta, casi siempre hay un motivo fisiológico detrás. Detectarlo pronto marca la diferencia entre un tratamiento sencillo y una urgencia.

    Aunque no parezcan graves, ciertos cambios merecen una llamada al veterinario:

    • Alteraciones en el apetito o en la sed.

    • Pérdida o aumento de peso sin causa aparente.

    • Tos persistente, apatía o falta de energía.

    • Cambios en los hábitos de micción o defecación.

    • Encías pálidas, mal aliento o sangrados leves.

     

    Los costes de no prevenir en la salud de nuestras mascotas

    Cuando un problema se detecta tarde, los tratamientos suelen ser largos y caros: hospitalizaciones, cirugías o medicación crónica. No es raro que una factura supere los mil euros.

    Por eso, el seguro para mascotas se ha convertido en una herramienta clave para propietarios responsables.

    Con una póliza adecuada, las visitas de prevención dejan de ser un gasto temido y se convierten en una parte natural del cuidado, igual que llevar el coche al taller o revisar la caldera.

     

    Qué tener en cuenta al elegir un seguro para mascotas

    No todos los seguros para mascotas son iguales. Conviene revisar:

    • Que cubran no solo la responsabilidad civil, sino también los gastos veterinarios.

    • Que los límites de reembolso sean adecuados a los costes reales.

    • Que no excluyan a tu mascota por edad avanzada.

    • Que permitan acudir a tu veterinario habitual.

    Un buen seguro de mascotas acompaña a tu perro o gato durante toda su vida, desde la primera vacuna hasta la vejez. Y lo más importante: te permite decidir con calma en caso de enfermedad, sin que el dinero sea el obstáculo.

    La salud preventiva no evita todos los problemas, pero sí transforma cómo los afrontas. Detectar a tiempo, mantener buenos hábitos y contar con un seguro adecuado no solo protege a tu mascota: también te da tranquilidad.

    Al final, cuidar de un perro o un gato es cuidar de un vínculo. Y ese vínculo, igual que cualquier otro amor, se alimenta de atención, constancia y previsión.

     

     

    Para más información:

    Consejo General de Colegios Veterinarios de España

    Prevenir enfermedades comunes en perros y gatos

    9 medidas preventivas importantes para la salud de tu perro  

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