El proceso de cambio que están experimentando las ciudades españolas para pasar al concepto Smart City o ciudad inteligente se basa en la adaptación de las nuevas tecnologías de la información (las famosas TIC) a sus sistemas de gestión. Esta nueva tecnología proporcionará mucha información y, en el caso concreto de la movilidad, una mayor seguridad.
Estos sistemas ya se están utilizando en varias ciudades españolas. Por ejemplo, con los pasos de peatones inteligentes. Su propósito es reducir los atropellos en las vías públicas ya que, según La DGT, el 67% de los accidentes de tráfico con peatones fallecidos fueron en zonas urbanas.
Las razones son varias: muchas veces nos hemos encontrado al cruzar por un paso de peatones que las bandas blancas están casi borradas. También nos hemos encontrado que, cuando llevamos el coche, de repente sale alguien a cruzar un paso cebra que no estaba nada bien señalizado y apenas nos da tiempo a reaccionar. Incluso, cuando se producen despistes al mismo tiempo entre peatón y conductor. Ahí es cuando aparecen las situaciones de atropello cuyas consecuencias nunca se pueden minimizar.
¿Cómo funcionan los pasos de peatones inteligentes?
Esta disminución en el número de siniestros se consigue dándole mayor tiempo de respuesta al conductor, gracias a una mayor visibilidad y con advertencias sonoras dinámicas. El primer paso es cambiar la pintura tradicional blanca por tiras de luces led, que se iluminan cuando detectan que alguien se acerca. Si el conductor los ve encendidos es un síntoma inequívoco de que tiene que detener el coche.
Los semáforos inteligentes hacen la misma función, pero sin necesidad de que el peatón haga nada. Unos sensores advierten que alguien quiere cruzar la calle y en función de ciertos parámetros, hace que el semáforo se ponga en rojo para los coches y en verde para los peatones, también con señales luminosas de advertencia. Estos semáforos adaptarán el tiempo de paso para los peatones en función de las necesidades de cada uno. Por ejemplo, si alguien va en silla de ruedas, o tiene movilidad reducida, el semáforo seguirá en verde hasta que acabe de cruzar.
Estos sensores son tan potentes que incluso detectan la presencia de animales como gatos o perros.
Los semáforos inteligentes todavía están en fase de prueba, pero su función es muy positiva para la gestión de la movilidad y de la seguridad. Antes, en cada ciudad había un centro de pantallas que enviaba imágenes de las diferentes cámaras repartidas por la ciudad, y un centro de gestión tomaba decisiones. Estas decisiones tardaban algo de tiempo y luego, las órdenes tardaban más en llegar a los puntos calientes.
Ahora, las cámaras y sensores de velocidad instaladas en los semáforos inteligentes tendrán la ayuda de la Inteligencia Artificial (IA) que, por medio de algoritmos y otros sistemas parecidos, darán una respuesta casi inmediata a las incidencias del tráfico. Se espera que este sistema reduzca hasta un 15 % el tiempo invertido en los trayectos. Y no solo es una reducción del tiempo, sino también de la contaminación, del ahorro de combustible, de economía (los madrileños desperdician 42 horas al año por los atascos). Y no hablemos de los desagradables toques de claxon tan típicos en un atasco.
Las pruebas se están realizando en Alemania, pero en Málaga ya funciona un semáforo inteligente, aunque solo está orientado para un autobús sin conductor que se está probando todavía, pero que supone un paso adelante.
Todos estos sistemas serán implementados en todas las ciudades, ya que se consideran fundamentales para la seguridad en la nueva movilidad urbana.
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