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23/08/2022 (actualizado: 23/08/2022)

La seguridad, un reto para la nueva movilidad urbana

 

Todo aquello que afecte al sector de la movilidad ya forma parte de la transformación que las instituciones están realizando para crear un futuro más amable para los ciudadanos.

Las ciudades, y los ciudadanos, están en continuo movimiento y un factor importante de esa movilidad reside en el coche, que genera un impacto negativo en la siniestralidad, en la contaminación y en el cambio climático.

En este otro artículo hablábamos de la reducción de la contaminación en las ciudades con la implantación de las ZBE (Zonas de Bajas Emisiones). Ahora hablaremos sobre la siniestralidad en la movilidad urbana, que ocupa un lugar importante en las cifras de fallecidos. Las acciones realizadas para dar mayor seguridad a las vías interurbanas han resultado bastante eficaces, pero en el marco urbano la situación es mucho más compleja por los numerosos actores que confluyen.

 

¿Qué es la nueva movilidad urbana?

Primero tenemos que definir cuál es esa nueva movilidad urbana. Tenemos el transporte público -metro, autobús, taxis-; los coches y motos particulares; el reparto de mercancías; etc., pero desde hace unos años se han incorporado nuevos actores a este marco: los VMP -las bicicletas, patinetes eléctricos- y los coches y motos compartidos.

Esto ha producido un repunte en los siniestros urbanos donde se ven implicados ciclistas, motoristas, usuarios de VMP y peatones. Sobre todo, estos últimos que según la DGT son casi el 70 % de los muertos en ciudad. Toda una tragedia.

 

La Seguridad Vial en las ciudades

La Seguridad Vial en las ciudades se está enfocando desde diferentes perspectivas:

  • Las ZBE, aunque su objetivo es combatir la contaminación, al reducir la densidad de vehículos aumenta la seguridad (menos siniestralidad) y la sanidad (los muertos por enfermedades relacionadas con la contaminación).
  • Los pasos de peatones jugarán un papel clave en la disminución de los accidentes con peatones.
  • Las ayudas a la conducción (ADAS) también forman parte de esa visión globalizadora, porque, aunque están más enfocadas a vías interurbanas hay varias dirigidas a la conducción en ciudades, como la asistencia de marcha atrás o tráfico trasero cruzado, aparte de las ya tradicionales como la cámara de aparcamiento.

La tecnología que está llamada a convertirse en el centro de gestión es la V2X (Vehículo conectado a la ciudad), porque consigue una conectividad entre los coches y los objetos que están a su alrededor, lo que le permite anticipar los riesgos y evitar accidentes.

Las ciudades deben estar interconectadas y desarrollar e implementar continuamente sistemas para que la gestión de las infraestructuras de movilidad sea inteligente. Aquí se abre paso la Inteligencia Artificial y el Big Data, que pueden colaborar mucho para que esta nueva movilidad urbana sea más segura. Las ciudades tenderán a ser Smart Cities donde estarán continuamente conectadas con los actores de la movilidad, tanto peatones como conductores.

Pero no podemos dejarlo todo en manos de la tecnología. Todos debemos tener la actitud de cooperar para que las ciudades sean un lugar amigable y seguro para todos sus ciudadanos.

 

 

Fuentes consultadas:

fundacionendesa.org

bismart.es

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