Uno de los gastos energéticos más elevados en una vivienda son los electrodomésticos, junto con la calefacción. Según los datos de Red Eléctrica de España, el consumo eléctrico que generan este tipo de aparatos en el hogar de un consumidor medio se sitúa en 270 kwh al mes. Teniendo en cuenta el coste del kwh en 2022, ese consumo mensual de electricidad alcanza los 81 €, casi 1.000 € al año. Por eso, cualquier ahorro que venga dado por la elección de un buen electrodoméstico será bienvenido a cualquier hogar.
Si a este ahorro en nuestro bolsillo le sumamos la protección del medio ambiente no cabe ninguna duda de que estaremos realizando una compra inteligente.
¿Qué es la etiqueta energética de los electrodomésticos?
Para tener un mayor control sobre el consumo energético se ha creado la etiqueta energética que es un adhesivo o placa que tienen la mayoría de los electrodomésticos y que sirve para que todos los consumidores sepamos identificar el grado de eficiencia energética de cada uno. Es decir, si el modelo de un electrodoméstico consume más o menos energía que otro.
La etiqueta energética recoge los siguientes datos: el fabricante, el modelo, la marca, la categoría de la eficiencia (de la A a la D), y un código QR que enlaza a la base de datos de la Comunidad Europea.
También incluye datos como el consumo energético específico para cada producto, ya sea por su consumo anual -en el caso de los frigoríficos, por ejemplo- o por el consumo de 100 ciclos -en el caso de los lavavajillas, lavadoras y lavasecadoras- ; o bien, por el uso de cada 1.000 horas si hablamos de las bombillas o de los monitores y televisores.
Es decir, tendremos una información completa y exhaustiva de cada aparato.
Renovación de la etiqueta energética en el mercado de los electrodomésticos
Hace años se implantó una etiqueta ecológica que iba desde el nivel D, el más bajo de eficiencia, hasta el A, el más alto, pero como la tecnología avanzaba se añadió la A+, luego la A++ y la A+++.
En 2021 se ha renovado esta etiqueta que ha pasado a denominarse con letras, donde la A indica la mayor eficiencia y la G, la más baja. En total son siete niveles y cada uno tiene su color identificativo.
El color de la clase A es de un verde intenso que contrasta con el rojo de la clase G. Entre esta gama de colores se desenvuelve el resto de las clases: la B, es un verde menos intenso; la C, todavía menor; la D es amarillo y así sucesivamente como podemos ver en la foto que ilustra el citado artículo de la OCU.
Actualmente ningún aparato dispone de la clase A, la de más alta eficiencia, porque se busca que esta etiqueta pueda resistir varios años y no tener que cambiarla cuando se produzcan aportaciones relevantes con el avance tecnológico en el mercado de los electrodomésticos.
Los aparatos que antes estaban en el nivel A+++ ahora estarán, como mucho, en el nivel B, para que, en el caso, de que se introduzcan nuevas mejoras, puedan asignarse otro nivel, como hemos dicho.
El ahorro para los hogares según la etiqueta energética de sus electrodomésticos
La diferencia entre comprar un electrodoméstico con una u otra etiqueta resulta bastante significativo. Aunque comprar un electrodoméstico con mucha eficiencia energética es caro, debido a su novedosa tecnología, el ahorro a largo plazo compensa con creces ese dinero desembolsado.
Por ejemplo, un electrodoméstico con la etiqueta energética F consume el triple de energía que uno con la etiqueta B, pero si queremos saber con mayor precisión cuál es el consumo de nuestros electrodomésticos, la página web de la OCU dispone de una aplicación donde se puede ver el consumo de los frigoríficos, lámparas, lavavajillas, lavadoras, pantallas y monitores, y lavasecadoras. Solo hay que introducir los datos concretos de la vivienda: si la utiliza un soltero, una pareja o una familia, y luego se elige el tipo de electrodoméstico junto con la clase energética -B, C, D, etc.-.
Los datos que aparecen hacen referencia a muchos consumos para tener un amplio conocimiento de su comportamiento: el consumo energético anual, por hora, el coste de la electricidad, las emisiones de CO2 asociadas, y otros datos que también son importantes porque hacen referencia al impacto en el medio ambiente: el número de árboles necesarios para absorber el CO2 originado e, incluso, el impacto según los kms recorridos.
Un hogar más eficiente
Por todo esto, la compra o renovación de un electrodoméstico supone una decisión de gran importancia para nuestro hogar. Conseguir uno de alta tecnología que nos ayude a ahorrar en la factura eléctrica del hogar es de suma importancia. La idea es crear un hogar más eficiente en el que decidimos con conciencia de ahorro energético y de dinero.
No solo con la elección de un electrodoméstico en base a su clasificación energética se ahorra mes a mes, sino también con un buen Seguro de Hogar, que además de la adecuada protección que ofrece a toda la familia dentro y fuera del hogar, también nos protege en caso de avería de un electrodoméstico, proporcionando el desplazamiento de un profesional para intentar repararlo, siempre amparado bajo las garantías de la póliza contratada.
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