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14/05/2024 (actualizado: 14/05/2024)

Mejora tu seguridad en la carretera: la conducción defensiva

 

Hay quien no sabe en qué consiste la conducción defensiva, pero todos la practicamos a menudo. Se refiere a un tipo de conducción proactiva, consciente y enfocada en la prevención y, por tanto, en nuestra seguridad y la del resto de conductores.

 

Sabemos que, por ejemplo, muchos viajes por carretera se hacen eternos y llegado un momento determinado, la mente desconecta y conducimos en automático. Es lo que se llama la fiebre de la línea blanca o hipnosis de la carretera.

No quiere decir que vayamos a tener un accidente, porque no hemos desconectado del todo de la carretera aunque sí funciona en modo lento. Por eso, si ocurre algo repentino y necesitamos reaccionar rápidamente, no tendremos esos segundos que pueden evitar una situación problemática.

La conducción defensiva es lo contrario: todo está en función de realizar una conducción segura con toda la atención puesta en la carretera y, de esta manera, anticiparse con seguridad, a los posibles peligros que puedan sobrevenir.

Esta mentalidad proactiva implica estar siempre alerta, reconociendo y reaccionando adecuadamente a las acciones impredecibles de otros conductores, peatones y determinados factores ambientales. En un entorno donde los errores pueden tener consecuencias graves, adoptar esta actitud no solo protege al conductor y sus acompañantes, sino que también contribuye a la seguridad general en las carreteras.

 

Características principales de la conducción defensiva

Los aspectos fundamentales de la conducción defensiva son:

1) Atención y Anticipación.

La esencia de la conducción defensiva radica en la capacidad de anticipar situaciones de riesgo. Esto implica tener la conciencia de la situación o de las posibles situaciones que se puedan dar, siendo capaz de leer el entorno de conducción y prever posibles escenarios peligrosos antes de que se presenten. Ver posibles vías de escape: si hay arcén y nos podemos echar a la derecha, o si hay cuneta que no comprometa la estabilidad del coche, como está la mediana si vamos por autovías, etc.

 

2) Distancia de seguridad y tiempo de reacción.

Mantener una distancia adecuada con respecto a otros vehículos es crucial. Esto no solo proporciona más tiempo para reaccionar ante imprevistos, sino que también reduce la probabilidad de colisiones, especialmente en condiciones de tráfico denso o alta velocidad. Todos sabemos la importancia de mantener la distancia de seguridad y si vamos conscientes de ella, aumentaremos nuestro nivel de seguridad.

 

3) Velocidad adecuada.

No es tanto saber que siempre hay que llevar una velocidad adecuada, sino ser consciente de que llevamos esa velocidad. Algunas veces hemos tenido problemas cuando, después de conducir bastante tiempo por una autovía a 120 km/h, nos parece que vamos lentos, a mucha menor velocidad que la indicada en el velocímetro. El problema surge cuando cogemos una salida indicada a una velocidad de 80 km/h y como no tenemos la sensación de ir rápido entramos en la desviación con el coche a una velocidad superior y la seguridad se nos puede ir de las manos.

Adaptar la velocidad a las condiciones del entorno, ya sean climáticas, de tráfico o del estado de la vía, es un pilar de la conducción defensiva.

 

4) Planificación y previsión de rutas.

Pocas veces planificamos un viaje, ya sea porque nos sabemos la ruta, porque no tenemos tiempo o no le damos importancia que se merece. Un conductor defensivo planifica su ruta con anticipación, considerando factores como el tráfico esperado, las condiciones climáticas y la hora del día. Esta previsión permite evitar situaciones potencialmente peligrosas y tomar decisiones de conducción más informadas.

 

5) La parada recomendada cada dos horas.

La DGT recomienda parar cada dos horas. A muchos conductores les parece excesivo, pero una de las razones fundamentales estriba en que esa parada resulta muy beneficiosa para mantener la atención y las habilidades necesarias para desarrollar una conducción defensiva. Además de tomarnos un rato libre por si estamos cansados, nos refresca la mente y volvemos otra vez a la carretera en las mejores condiciones para conducir.

 

6) El control visual.

La colocación y ajuste de los espejos es importante para controlar todo lo que está a nuestro alrededor. Los coches que circulan por los carriles laterales se pueden cambiar de una manera repentina, el coche que viene detrás puede acercarse demasiado con el peligro que ello entraña, etc.

 

7) Las señales.

Nunca nos saltamos un stop o no respetamos un ceda el paso, pero la verdad es que en al año 2021 más de mil conductores se vieron implicados en accidentes con víctimas debido a saltarse las señales de stop.

Cuando nos aproximemos a un cruce, aunque nosotros tengamos la preferencia, debemos ser muy observadores, porque otro coche puede no respetar el stop y si vemos algo extraño, lo mejor es reducir la marcha hasta que se aclare la situación.

 

Como hemos visto, la conducción defensiva es algo que se practica esporádicamente cuando salimos a la carretera, pero debemos interiorizarla para utilizarla constantemente, de la misma manera que cuando entramos en el coche nos abrochamos automáticamente el cinturón. Esa labor de concienciación es importante para evitar la siniestralidad en la carretera y hay que sumarla a los consejos de siempre: respetar las normas de circulación, no conducir si se han tomado sustancias que pueden alterar nuestro grado de conciencia, tener la ITV pasada y llevar siempre la seguridad y protección de un buen seguro de coche para minimizar cualquier inconveniente.

 

 

 

Fuentes consultadas:

DGT: conducción defensiva

Conducción defensiva ¿qué es y cómo practicarla

Conducción defensiva: cómo anticiparte a situaciones de peligro

Nueva llamada a la acción