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    04/07/2025 (actualizado: 04/07/2025)

    ¿Los coches de hace más de 30 años tenían menos averías y duraban más?

    Los coches de los años 90 despiertan una mezcla de nostalgia y curiosidad. Para muchos, eran más sencillos, más duros y hasta más humanos. En cambio, los coches actuales —llenos de sensores, centralitas y electrónica— parecen más fiables, pero también más complejos y dependientes del taller oficial.

    ¿Se averiaban más los coches de los años 90?

    Los coches de los años 90 eran más propensos a fallos mecánicos: sistemas de encendido, carburadores, bombas de combustible o manguitos. Pero si el coche se paraba en una carretera, en cualquier taller de pueblo lo arreglaban.

    Hoy, gracias a la electrónica, las averías mecánicas graves son menos habituales. La fiabilidad ha mejorado. Sin embargo, cuando algo falla y te quedas tirado en medio de una carretera, tienes que llamar a la grúa y que te lleven al taller más cercano.

    En los coches de los 90:

    • El mantenimiento preventivo era más exigente en los coches de la década de los 90: cambios de aceite cada 5.000 o 10.000 km, reglajes de válvulas, etc.

    • Los componentes duraban menos: juntas, gomas, correas, etc.

    • Las condiciones de uso eran más duras: menos autopistas, más baches, más ciudad, menos ayudas electrónicas.

    En resumen: sí, los coches de los 90 se averiaban más, pero… ¿duraban más?

    Sí, los coches de los años 90 duraban más porque muchas de esas averías eran más llevaderas y se fabricaban todavía sin pensar en la obsolescencia programada, como podemos ver en este vídeo.

    ¿Eran más fáciles de reparar los coches de los 90?

    Aquí no hay mucha discusión: sí, eran más fáciles de reparar. Con un maletín básico de herramientas, un poco de maña y un manual de taller, muchos conductores solucionaban averías menores por sí mismos, no había centralitas ni sensores, las piezas eran más sencillas y, sobre todo, un cable, era un cable, no un bus de datos codificado. No como hoy que para cambiar una bombilla hay que pasar por un taller con equipo específico. Las reparaciones están más profesionalizadas, sí, pero también más alejadas del usuario medio.

    En definitiva, los coches de antes eran más accesibles para el manitas de fin de semana. Hoy, lo más probable es que necesites una cita, una grúa y una factura considerable a no ser que tu seguro de coche contemple la Asistencia en Viaje, como una cobertura más.

    ¿Eran más baratas las reparaciones antes?

    Aquí es donde el recuerdo puede jugarnos una mala pasada. Si nos limitamos a los precios en pesetas de los años 90, parece evidente que todo era más barato. Pero si ajustamos aquellos importes a euros actuales con la inflación acumulada, la cosa cambia bastante.

    Aunque no hemos encontrado una lista oficial de precios de averías de los años 90, las cifras que aquí presentamos proceden de conversaciones con profesionales de talleres que trabajaban en aquella época y, por lo tanto, no son exactas, aunque sí muy aproximadas:

    • Cambiar el aceite y los filtros costaba en torno a 4.000 pesetas, lo que hoy -ajustándola con la inflación- equivaldría a unos 100–110€. Actualmente, este servicio suele oscilar entre 80 y 150€.

    • Sustituir las pastillas de freno rondaba las 7.000 pesetas (unos 180€ actuales). Hoy puedes hacerlo por 100–120€ en un taller medio.

    • El kit de embrague se situaba en torno a 27.000 pesetas, lo que equivale a más de 700€ de hoy. Actualmente, su precio varía entre 600 y 1.200€, dependiendo del modelo y del taller.

    • Cambiar la correa de distribución podía costar unas 20.000 pesetas, es decir, unos 500€ actuales. Hoy este servicio suele encontrarse entre 350 y 600€.

    Si ajustamos los precios de entonces al valor del dinero actual, vemos que muchas reparaciones comunes eran tan caras —o incluso más— que ahora. En definitiva, algunas intervenciones resultaban más económicas en apariencia, pero en términos reales no eran tan baratas como solemos recordar.

    ¿Cuánto costaba un coche antes y cuánto cuesta ahora?

    Para cerrar el repaso, también conviene mirar el coste del coche en sí. Si tomamos como ejemplo un Ford Fiesta de los años 90, veremos que su precio en pesetas rondaba el 1.200.000. Eso equivalía a unos 7.200 € en su día. Si actualizamos esa cifra con la inflación acumulada hasta 2025, hablaríamos de unos 17.300 € actuales.

    ¿Y cuánto cuesta hoy un coche equivalente? El Renault Clio, descendiente natural del R5 del mismo segmento que el Ford Fiesta, parte en su versión básica desde unos 16.500 €.

    Los coches actuales, a pesar de toda la tecnología y seguridad añadida, no son mucho más caros que los de hace 30 años si tenemos en cuenta el valor del dinero.

    ¿Y los seguros de coche: ahora son más caros o más baratos?

    A mediados de los años 90, un seguro a terceros para un coche de gama media costaba entre 20.000 y 40.000 pesetas al año (aproximadamente entre 120 y 240 euros).

    Un seguro de coche a todo riesgo, por su parte, podía rondar entre 60.000 y 100.000 pesetas (unos 360 a 600 euros), lo que ajustado a precios actuales supondría entre 900 y 1.500 euros.

    Si lo comparamos con los precios actuales son muy similares, pero con coberturas notablemente superiores. Las coberturas que ofrece el seguro de coche de MMT, como la asistencia en viaje, responsabilidad civil, defensa de multas, protección jurídica, entre otras garantías, antes no estaban incluidas o se contrataban aparte.

    Así pues, los coches de los años 90 tenían personalidad, eran más cercanos al conductor y, sí, se averiaban más. Pero muchas de esas averías eran más fáciles de entender y de reparar. Hoy, en cambio, la tecnología ha traído una mayor fiabilidad y seguridad, a costa de una mayor dependencia del taller y de herramientas específicas. La conclusión la debes tomar tú.



    Para más información:

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