Broncas en carreteras, broncas en la comunidad de vecinos, problemas fiscales, disputas matrimoniales, profesionales, reclamaciones interminables de consumo… En todas estas ocasiones, aparte del consabido cabreo, el coste elevado de los abogados, procuradores y otros servicios relacionados con el Derecho puede ser bastante heavy para una economía familiar.
Posiblemente la táctica que uno utilizaría en caliente conllevaría un coste aún mayor, así que, mejor dejémoslo en manos de profesionales y no en otras manos que no pueden llegar a buen puerto. Muchas personas deciden quitarse el marrón y pasar la patata caliente al seguro para ahorrarse quebraderos de cabeza y preocupaciones de dinero.
Normalmente, el seguro de defensa jurídica es contratado como un complemento de otras pólizas. Lo más frecuente es que se contrate como complemento del seguro del coche. De hecho 4 de cada 5 conductores lo adquiere. También es muy común como plus al seguro del hogar. En relación al seguro de defensa jurídica como complemento del seguro del coche, el recurso de multas de tráfico es el servicio más solicitado. Este seguro sirve para recurrir ante la multa impuesta, pero lo que no va a hacer, es correr con el pago de la multa si finalmente te cae.
Quienes compran este tipo de productos quieren tener la posibilidad de una protección de sus gastos jurídicos
Seguros de defensa jurídica, en todo caso, también los hay que no están ligados a ningún otro seguro. Quienes compran este tipo de productos los compran porque quieren tener la posibilidad de una protección de sus gastos jurídicos. Lo mismo piensas: yo esto no lo necesito. Será porque no bajas a las reuniones de tu comunidad de vecinos.
El gasto estimado que hacen las familias en abogados y notarios en los últimos años se ha movido entre los 1.700 millones de euros y los 4.700 millones. La pasta en defensa jurídica, supone entre un 3% y un 7% del gasto total. Al personal, al parecer, todavía le mola ir por su cuenta con broncas al más puro estilo macho ibérico, pero para ibérico el jamón que te puedes comer con lo que te ahorras del puro que te meterían si no contratases la póliza de defensa jurídica.
