Cualquier sociedad, desde la más desarrollada hasta la más tribal, se fundamenta en la familia, ya que forma la base desde la que se sustenta su posterior desarrollo armónico y se convierte en un grupo homogéneo que defiende intereses comunes. Por eso, los países protegen a las familias para que, entre todas ellas, conformen una identidad económica, social y cultural.

Y así como la sociedad apoya a sus ciudadanos a formar una familia, los padres también tienen el deber de proteger a su familia y construir ese espacio de convivencia que sirva para crear en todos los componentes de la familia ese valor personal, intelectual y social que se necesita a nivel individual.

Es cierto que los centros educativos realizan una parte importante de esta tarea, pero se centra en la transmisión de conocimientos docentes y académicos, y no debemos esperar que el profesor entre en otros terrenos personales que solo pueden llevarse a cabo en el seno familiar.

La familia es el escenario idóneo para que todos sus integrantes reciban la protección, seguridad y el apoyo emocional, económico y material para un óptimo desenvolvimiento social. Esta protección debe ir en varias direcciones, entre las que hay que destacar y recordar siempre:

• La formación en valores. Se debe predicar básicamente con el ejemplo. Los niños, como mejor aprenden, es por imitación de las personas con las que tienen un vínculo afectivo fuerte. En la vida diaria les originará una gran familiaridad con todas esas actitudes ante la vida y sin darse cuenta, las irán integrando en su comportamiento.
• La educación. Cada niño es algo único, lo que vale para unos no vale para otros, por eso hay que adaptarlos a su propia personalidad. Como decía la frase tan famosa de Summerhill “prefiero un jardinero feliz a un bachiller neurótico”.
• Los juegos. A temprana edad una de las cosas que más les gusta a los más pequeños de la casa son los juegos. La implicación de los padres en esos juegos tiene una dimensión inmensa. Los juegos crean esa relación de intimidad y afecto que hay que buscar y promover. La lectura de cuentos forma parte de los juegos, muchos de ellos son una metáfora de los valores que deben los niños adquirir para vivir en sociedad. Además de ser una actividad que el día de mañana creará lectores ávidos de conocer y abrirse a mundos nuevos.
• La salud. La pandemia que se cernió sobre todos nosotros trajo hasta hace muy poco tiempo, entre todas las cosas negativas, alguna positiva, que se transmitieron a nivel general pero que a nivel familiar recayó en los padres la vigilancia y las observaciones para el cuidado de la higiene y prevención de contagios y enfermedades.
• Gestionar las emociones. La protección desde el punto de vista emocional es fundamental para fomentar la autoestima, la socialización y la creación de metas.
• El deporte se conforma como una actividad de primer orden para el desarrollo desde temprana edad. El trabajo en equipo es básico para fomentar la relación de interdependencia con el resto de la sociedad; la práctica del deporte individual permite que los aciertos y los errores se analicen como un proceso de superación para su desarrollo personal.

No hay que bajar nunca la guardia, hay que permanecer siempre atentos al crecimiento de nuestros hijos, esto es vital para su desarrollo personal y crecimiento en valores.

☑️​​ Para saber más:

👉 childwelfare.gov (factores de protección para una familia fuerte)

👉 bienestaryproteccioninfantil.es

👉 uv.es (factores protectores a nivel familiar)